El asalto homicida en Neo Iraklio, un barrio periférico de Atenas, tiene toda la pinta de una verdadera provocación. Se trata de una ejecución en toda regla, que ha provocado dos muertos y un herido grave, por parte de un comando bien adiestrado. La pregunta que deberían plantearse los activistas en Grecia y más allá, es: «¿A quién beneficia?».
Es útil para los militantes de Amanecer Dorado, que tratarán a través de una fachada de victimismo recuperar credibilidad entre los sectores sociales donde se referencian.
Sirve principalmente al gobierno de Samaras que puede mejorar su imagen (falsa) de juez «no partidista» que, después de decapitar a los líderes del movimiento neo-nazi, ahora pasa al ataque contra los «extremistas de izquierda», a fin de tener las manos libre para continuar con sus ataques a las clases populares.
El ataque de ayer, con toda probabilidad, es un capítulo de la estrategia de tensión, que en Italia conocemos bien, que tiene como objetivo cerrar filas en torno a las instituciones y al Estado.
Una estrategia que necesita ser contrarrestada pasando a la ofensiva, como explican los compañeros de la Tendencia Comunista de Syriza, de la que hemos traducido un artículo publicado pocas horas después del ataque.
Una provocación que beneficia a los fascistas y a la clase dominante
No a la pasividad, es la hora de la acción de masas
La ejecución de dos militantes de Amanecer Dorado esta tarde es un intento evidente de crear un clima reaccionario en la sociedad griega.
Los únicos que se benefician son los mismos fascistas, la clase dominante y su gobierno.
La lógica de los «extremismos opuestos» puede dañar seriamente tanto al movimiento obrero y a la izquierda, como los derechos democráticos elementales de los trabajadores y de la juventud.
Esta ejecución puede abrir el camino hacia el hecho de que en la sociedad griega domine por un período el miedo y justifique la represión contra los militantes antifascistas y de izquierda.
Crea la excusa perfecta, como ya lo ha anunciado Samaras en los EEUU, para imponer una ley contra los «extremismos opuestos»; es decir, contra los que cuestionan las decisiones de la clase dominante y al capitalismo mismo. Por último, empuja aún más a la pasividad a los sectores pequeño-burgueses más atrasados y mezquinos de la sociedad, llevándolos a confiar en los que se presentan hipócritamente como los defensores de la «paz» de la «democracia» y de la «seguridad»; es decir, en los partidos de la burguesía y en el gobierno actual.
Las organizaciones de masas del movimiento obrero y de la juventud deben ser movilizadas inmediatamente.
A menos que ahora haya una respuesta masiva del movimiento obrero, de la izquierda y la juventud, entonces, a través de la imposición de un clima de reacción general, la alternativa de la lucha de clases contra el capitalismo y el “Memorándum” [el programa de ajuste derivado del rescate de la economía griega, NdT] perderá terreno significativo, en un momento en que ya está en un reflujo temporal. Por eso, planteamos:
Que Syriza, el KKE-Partido Comunista, los sindicatos y las organizaciones juveniles de la izquierda deben formar un frente único de lucha contra el intento reaccionario de abrir el camino para la represión de los opositores del fascismo, del memorándum y del capitalismo.
Organizar un trabajo conjunto de fuerzas de autodefensa eficaces en el movimiento obrero, la izquierda y la juventud contra las provocaciones de los fascistas y del Estado.
Ninguna ilusión respecto a las instituciones del Estado burgués que no pueden ni quieren defender los derechos democráticos, sino que preparan todo tipo de provocaciones y planes reaccionarios contra el movimiento obrero y la izquierda.
Debe organizarse un frente único formado por Syriza, KKE, sindicatos y organizaciones juveniles en todos los barrios y ciudades, con concentraciones y manifestaciones bien defendidas por sus propios servicios de orden contra los planes de la reacción burguesa.
Esto último debe estar integrado directamente en un programa más amplio la lucha por el derrocamiento del gobierno del memorándum y de los planes represivos y reaccionarios pro-fascistas, y debe culminar lo antes posible en una huelga general política bien preparada.