Los venezolanos nos caracterizamos a veces por ser extremadamente vivaz o por el extremo opuesto, es cosa única y muy de nosotros, todo depende de las circunstancias que haya que superar; creo que en esta ocasión estamos entre esas dos aguas, y me refiero a sí permitimos bases rusas en nuestro territorio, por supuesto, y, de antemano sabemos que nuestra constitución prohíbe toda injerencia aunque sea de apoyo y defensa. Por consiguiente, estamos obligados a rechazar cualquier oferta de esa índole aunque esté preñada de toda buena intensión. Mas, por otro lado se nos presenta la constante amenaza del imperio gringo en su afán de querer invadirnos y someternos a sus designios para hacerse de nuestro petróleo y su vez quebrar con una revolución de 15 años que les alborotado a Latinoamérica y al mundo entero; entonces, se monta la gata sobre la batea y el ingenio comienza a pensar cómo poder hacer de las suya y que todo quede basado en incuestionables argumentos valederos; esa, es la grandeza de nuestros héroes, saber cómo capear las dificultades, no en vano fue Bolívar el hombre de la dificultades al igual que Chávez.

 La cancillería venezolana con toda su gran experiencia diplomática dispondrá y apelará de recursos internacionales, ¡áh! Y por cierto, Maduro estuvo seis años con su tutela y batuta, goza de un vasto conocimiento al respecto y una excelentísima relación mundial y, el actual canciller, es hombre de lucha y revolución en ese campo; ambos, discípulos del Gigante Comandante Supremo, buen currículo para emprender la batalla anti-imperial. Pero vayamos al meollo de la cuestión; nuestras alianzas en el Caribe ahora han dado un giro de casi 360° y en sus aguas marítimas hay propósitos de colaboración, ahora hay intereses mutuos que defender y que conservar; se puede decir, que han abiertos los ojos y no entregan su condición de libertad con tanta inocencia, por supuesto, saben de un respaldo internacional de peso diplomático y de fuerza a la hora de la chiquita, tío Sam no es tan vivaz ni tan joven como en años anteriores, hay un helado peso sobre sus hombros que no se derrite tan fácil; China, Rusia y unos cuantos más de poder, velan por sus intereses las 24 horas al día.

Se dice que la política es razón y fuerza, pero que es, más fuerza que razón y desde aquel 4 de febrero se institucionalizó ese concepto en el quehacer venezolano; Chávez no está en físico, pero se multiplicó como Guaicaipuro para en cada rincón de la patria contar con un guerrero invencible aun después de la muerte. ¡No podrán doblegarnos nunca!

VALENCIA, 1 DE MARZO DE 2.014