Los votantes griegos han rechazado contundentemente las condiciones de un rescate internacional. El referéndum del domingo fue una bofetada a la cara de los banqueros y los capitalistas de la zona euro. El resultado final del referéndum, publicado por el Ministerio del Interior, fue de 61,3% para el «NO», contra el 38,7% que votó «SI». La mayoría de las previsiones de que el SI tenía una base en las zonas rurales, al final se demostró falsa.
Los resultados fueron los siguientes:
Resultados nacionales con el 100% del recuento de votos:
Sí / Aceptado | 38,69% |
Votos | 2.245.537 |
No / No Aceptado | 61,31% |
Votos | 3.558.450 |
Participación | 62,5% |
Public Issue publicó un análisis desglosado y detallado del voto NO por edad, sexo, ocupación, voto del 25 de enero, etc. Los resultados fueron muy interesantes y reflejan el verdadero carácter del voto NO. Por grupos de edad, está claro que entre la juventud salió victorioso:
18-24: 85%
25-34: 72,3%
35-44: 67,4%
45-54: 69,2%
55-64: 59,4%
65+: 44,9%
Cuando nos fijamos en el desglose por ocupación vemos el carácter de clase del NO: el 70,9% de los trabajadores del sector público y el 71,3% de los trabajadores del sector privado, así como el 72,9% de los desempleados; mientras que médicos, abogados e ingenieros votaron mayoritariamente SI, aunque por un margen muy pequeño. También votaron NO el 85.2% de los estudiantes. La votación fue también claramente de izquierdas con un apoyo al NO del 91% de los que se declaran de izquierdas y del 73,6% de los que se consideran de centro-izquierda. Entre los que votaron a Syriza el 25 de enero, el 87,3% votó NO, casi tanto como los votantes del Partido Comunista, el KKE, (86,9%) a pesar de la línea del partido de votar nulo.
En todos y cada uno de los distritos del país ganó el NO, pero éste fue más fuerte en las zonas obreras, como Pireo B donde votó más del 72% por el NO, con sólo el 27% por el SÍ. En este mismo distrito, el KKE había conseguido el 8,19% en las elecciones del 25 de enero, y ahora el número de votos nulos fue sólo del 5,15%. De las 56 circunscripciones electorales del país, el NO ganó en todas ellas, y en todas menos en 7 el margen sobre el SI fue por más de 10 puntos. En 30 de ellas el margen fue por más de 20 puntos.
Esta fue una gran victoria, sobre todo, para la clase obrera griega que ha visto su nivel de vida destruido por las políticas de austeridad brutales infligidas a Grecia durante los últimos seis años. El diario Efymerida ton Syntakton realizó un análisis de la composición de clase del voto en Atenas. Esto muestra claramente que el NO ganó abrumadoramente en los barrios pobres y obreros, mientras que el voto por SÍ sólo tuvo cierto éxito en los suburbios de clase media más ricos:
«Las urnas enviaron un fuerte mensaje de los barrios obreros de Atenas, donde el NO ganó con una diferencia abrumadora sobre el SÍ. En los suburbios ricos, el resultado fue exactamente lo contrario. (…) Es revelador que el NO consiguió el 79,20% en el municipio de Agropyrgou, el 77,22% en Phyli, el 76,64% en Perama, el 75,25% en Acharnes, en el municipio de Keratsiniou-Drapetsonas consiguió el 72,84%, en Nikaias-Agia Ioanni Renti el 72,61%, en Agia Varvara el 72,75%, en Elefsina el 71,88%, en Lafreotiki el 71,81%, en Tafro el 71,28%, en Aigaleo el 70,68% y en Peristeri el 70,31% [todas ellas áreas abrumadoramente obreras, muchas de ellas bastiones tradicionales del KKE]. En los suburbios del norte y del sur [las zonas más burguesas] triunfó el SI, en Ekali con el 84,62%, en Dionyso con el 69,78%, con el 66,27% en Vouliagmeni, en Kifisia con el 64,59%, en Drosia con el 65,42% y en Voula con el 63,88%».
El referéndum ha transformado el estado de ánimo en las fábricas y en las calles. Ha impulsado la moral de los trabajadores y fortalecido su autoestima. Esto quedó revelado por las manifestaciones de masas que tuvieron lugar antes del referéndum y después de que el resultado se diera a conocer.
Miles de votantes del NO inundaron la plaza Syntagma frente al parlamento en Atenas para celebrar, y cuando la magnitud del resultado quedó claro, se agitaron banderas griegas cantando «NO, NO». A medida que el campo del NO celebraba, el campo del SI caía en la confusión. Esta es una gran derrota para la troika y un clavo más en la cabeza para sus partidarios en Grecia.
Antonis Samaras, líder de la oposición del partido de derechas Nueva Democracia y ex primer ministro, que hizo campaña por el voto Sí, ha dimitido. La noticia de su renuncia fue recibida con más aplausos por la multitud en la plaza Syntagma.
Sin embargo, el actual estado de ánimo de euforia no durará. Todavía hay grandes obstáculos en el camino. Las batallas más grandes y decisivas yacen en el futuro. Y Grecia está ahora profundamente polarizada en líneas de clase. La brecha entre las clases se ha ampliado a un abismo insalvable. El antagonismo entre los campos del SÍ y del NO se asemeja en muchos aspectos a la extrema polarización que vemos en Venezuela – es decir, que se asemeja a una revolución.
Campaña feroz
Esta victoria fue aún más notable dada la feroz campaña librada por el campo del Sí, que incluyó a casi todos los medios de comunicación griegos, y fue respaldado por los líderes de la zona euro que utilizaron toda su fuerza política y financiera para ejercer presión sobre el pueblo griego para que votara Sí. Los líderes de las instituciones europeas y del FMI emprendieron una campaña de amenazas, chantajes, abogando abiertamente por el cambio de régimen, y le dijeron a los griegos en qué dirección debían votar.
La Troika y sus aliados trataron de convertir este referéndum en un voto a favor o en contra de Europa, pero las masas ignoraron la propaganda, y de hecho todos los intentos de impulsar al pueblo griego a votar SÍ, entre ellos sacando a relucir a todos los viejos políticos, incluyendo a Papandreu y a los últimos cinco primeros ministros, tuvieron el efecto contrario. Fue visto como una provocación insultante y sólo sirvió para empujar a la gente en la dirección del voto NO.
Los partidos políticos de Grecia, que hicieron campaña por el SÍ disfrutaron de un virtual monopolio en el acceso a los medios de comunicación. La inmensa mayoría de la prensa, así como todos los canales privados de televisión (que omitieron el inmenso mitin del NO el pasado lunes y dirigieron una campaña del miedo), están en manos de la oligarquía capitalista griega.
El Banco Central Europeo (BCE) obligó a los bancos a cerrar durante la campaña del referéndum. El viernes, el Financial Times publicó la historia de que los bancos griegos iban a aplicar una quita del 30% a los depósitos de más de € 8.000, que resultó ser falsa. Los patrones griegos se implicaron en todo tipo de tácticas sucias, incluyendo la intimidación directa a los trabajadores para que votaran Sí, con advertencias de retener sus salarios, amenazándolos con el despido, etc.
De hecho, fue un intento de golpe. Los líderes de la zona euro no se molestaron en ocultar el hecho de que su objetivo era utilizar lo que esperaban sería un voto Sí para forzar la dimisión del gobierno de Syriza y sustituirlo por un «Gobierno de Unidad Nacional» sumiso compuesto por «tecnócratas»- es decir, títeres obedientes. Esta campaña sólo puede ser descrita como «terrorismo», en palabras de Varufakis. Pero sus planes fallaron.
El resultado ha animado a los trabajadores de Grecia. Después de todo, ellos vieron un claro intento de derrocar al gobierno electo, con el capital financiero europeo enfrentándose directamente al pueblo griego, afirmando que si hubiera un voto «sustancial» del SI, las negociaciones podrían continuar. Fue visto como un chantaje y la gente respondió en consecuencia.
«Grecia acaba de firmar su propia nota de suicidio», predijo Mujtaba Rahman, jefe de análisis europeo de la consultora de riesgo Eurasia Group. «Sólo los franceses van a querer salvar algo de esta votación, pero es poco probable que ganen el debate en el Eurogrupo».
Tsipras dijo a última hora del domingo en un discurso televisado que los griegos habían votado a favor de una «Europa de la solidaridad y la democracia … A partir de mañana, Grecia va a ir de nuevo a la mesa de negociaciones y nuestra prioridad principal es restablecer la estabilidad financiera del país.»
«Esta vez, la deuda estará en la mesa de negociaciones», agregó, y dijo que una evaluación del Fondo Monetario Internacional publicada esta semana «confirma la visión griega de que la reestructuración de la deuda es necesaria».
Sin embargo, estas observaciones son demasiado optimistas. El resultado del referéndum ha desatado las campanas de alarma en todos los gobiernos y cancillerías de Europa. Una cumbre de jefes de Estado de la zona euro ha sido convocada para el martes. Y los funcionarios europeos ya han dicho que un «No» iba a ser visto como un rechazo total a las conversaciones con los acreedores.
Desde el principio, Tsipras ha insistido en que se trata de un mandato para las negociaciones. Pero el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel – un socialdemócrata, por cierto – declaró: «Tsipras ha quemado los últimos puentes» ¡Este no es el lenguaje de un acuerdo negociado! Gabriel llegó a decir que la reanudación de las negociaciones con Grecia eran «difíciles de imaginar.»
Él no es el único. Jeroen Dijsselbloem, quien encabeza el grupo de ministros de Finanzas de la zona euro, dijo que el resultado del referéndum era «muy lamentable para el futuro de Grecia». El señor Tsipras y su gobierno estaban llevando al país por un camino «amargo de abandono y desesperanza», dijo al diario Tagesspiegel.
Los bancos griegos están funcionando a un nivel críticamente bajo y necesitarán otra inyección de fondos de emergencia del Banco Central Europeo. Con el fin de evitar un colapso total de los bancos griegos, que se han desangrado en las últimas semanas, debe alcanzarse rápidamente un acuerdo con la zona euro. Pero los jefes de la zona euro insistirán en la imposición de duras condiciones que son totalmente contrarias al programa con el que Tsipras se presentó y ganó las elecciones de enero pasado.
Pero en las últimas dos semanas se han incrementado aún más la inquina entre el gobierno de Atenas y los líderes de la zona euro – en particular los alemanes que sostienen los cordones de la bolsa y son los que realmente deciden todo.
La sorpresiva renuncia de Yanis Varufakis, ministro de finanzas de Grecia, sin duda, fue dictada por Bruselas y Berlín como condición previa para cualquier negociación. Ellos no le han perdonado por llamar a las tácticas de intimidación de la zona euro por su nombre correcto – «terrorismo». Ellos, obviamente, han decidido excluirlo de la mesa de negociaciones. Tsipras puede pensar que esto hará que un acuerdo sea más fácil. Pero no lo será. Toda la experiencia de los últimos cinco meses muestra que cualquier concesión sólo endurecerá la resolución del otro lado.
Mientras tanto, los bancos se están quedando sin dinero en efectivo, los ingresos fiscales se están desplomando y la economía griega ha sido una vez más sumida en una depresión, por lo que un acuerdo es aún más difícil de alcanzar. El domingo por la noche, mientras el pueblo de Grecia estaba celebrando su victoria, ya se levantaron voces en los círculos de la banca y el comercio alemán diciendo que la envergadura del NO significaba que Grecia tendría que ser expulsada del euro.
La canciller alemana, Angela Merkel, acordó en una conversación telefónica el domingo por la noche con el presidente francés, François Hollande, que se celebrara una cumbre de los líderes de la zona euro líderes para el martes. El Palacio del Elíseo de Francia confirmó que Merkel tenía previsto viajar a París para cenar con Hollande hoy (lunes).
Divisiones en Europa
La burguesía europea está dividida entre la facción dura, principalmente los alemanes, que quieren humillar y aplastar a Syriza, y los que ven las peligrosas consecuencias de tal acción. Esto podría provocar un levantamiento revolucionario de las masas griegas. El referéndum fue una advertencia para ellos en este sentido. Por tanto, el otro ala tratará de utilizar a la llamada ala «moderada» de Syriza. Esto implicaría algún tipo de acuerdo. Pero incluso eso no cambiaría nada fundamental para las masas. De hecho, el compromiso que Tsipras contemplaba hace sólo una semana ya era un importante retroceso.
Hay signos de una división en la zona euro. Hollande se inclina a hacer concesiones a los griegos, y también los italianos. El canciller italiano Paolo Gentiloni twitteó: «Ahora lo correcto es intentar alcanzar un acuerdo de nuevo. Pero no hay escape del laberinto griego con una Europa que es débil y no está creciendo». El Ministro de Finanzas de Bélgica dijo que la puerta quedó abierta para reanudar las conversaciones con Grecia. «literalmente, en cuestión de horas».
Benoît Cœuré, miembro de la junta ejecutiva del BCE, hizo alusión a ayudar a Grecia. Él dijo el domingo: «En las actuales circunstancias de gran incertidumbre en Europa y en el mundo, nuestra voluntad de actuar en este asunto no debe ser puesta en duda». Pero ese comentario era probablemente sólo una parte de la campaña por el voto Sí. No debe ser tomado en serio.
En cualquier caso, no son los franceses, sino los alemanes quienes deciden las acciones del BCE, y ellos siguen siendo implacables. Según Der Spiegel, Merkel concluyó en las últimas tres semanas de negociaciones frenéticas con que Tsipras era un jugador «duro e ideológico». Él estaba «conduciendo su país contra el muro» y «jugando a la ruleta con un país entero», dijo en una reunión privada de los Demócratas Cristianos durante la semana pasada, informó la revista de noticias.
Los acontecimientos en el frente económico se están moviendo mucho más rápido que en el ámbito jurídico y político, y eso puede ahora determinar el resultado. No parece probable que los bancos griegos vuelvan a reabrir sin una infusión fresca de dinero en efectivo. Pero eso sólo puede venir del BCE, cuyo consejo de gobierno se supone que tiene que deliberar hoy sobre el tema.
El último rescate de Grecia venció el martes pasado y Grecia dejó impagado un crédito de 1.600 millones al FMI. Los bancos griegos están desesperadamente necesitados de dinero para salvarse, y también la economía griega. Pero el BCE no está dispuesto a proporcionar esto. Los banqueros (es decir, los alemanes) temen que al suministrar más liquidez al sistema bancario griego, puedan estar tirando el dinero. Si, como parece probable, hay una suspensión de pagos, los bancos griegos no podrán mantenerse a flote por mucho tiempo.
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se reunirá esta tarde en Frankfurt. Hay consejeros de la línea dura, particularmente Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, que argumentarán que Grecia se encamina a una suspensión de pagos. El 20 de julio Grecia debe pagar € 3.500 millones en bonos en poder del BCE. Si, como parece inevitable, Atenas incumple este pago, el BCE puede decidir cortar cualquier línea de suministro.
¿Qué sucedería entonces? El Banco de Grecia podría hacer préstamos sin garantía a los bancos griegos sin la autorización del BCE. Eso sería visto como equivalente a abandonar el euro. O puede crear explícitamente una nueva moneda, que puede o no ser llamada dracma, que luego se podría utilizar para financiar a los bancos griegos y a la economía griega, pero significaría explícitamente la salida de Grecia del Euro.
La razón de la hostilidad implacable de Merkel y los otros a Grecia no es, en el fondo, una cuestión de economía. No hay duda de que si en lugar de Syriza hubiera un gobierno de derechas en Atenas, los alemanes habrían encontrado los medios para proporcionar algunos fondos para los bancos griegos.
La razón por la que no pueden tolerar a Syriza y a su programa anti-austeridad es que es un ejemplo para otros partidos de izquierda y movimientos anti-austeridad en otras partes de Europa. Hace algún tiempo, The Economistadvirtió sobre el peligro de la «fatiga de austeridad» por parte de las masas. Hay un límite en lo que la gente puede tolerar antes de moverse en dirección a una rebelión abierta. Grecia ya ha pasado ese punto crítico. Pero otros países, especialmente España, Italia, Portugal e incluso Francia, se están moviendo en la misma dirección.
El comienzo de la revolución griega
Syriza es ahora muy popular. Si se convocaran elecciones en este momento aumentaría su voto y podría gobernar sin los diputados de los Griegos Independientes, algunos de los cuales se unieron al campo del Sí antes del referéndum. Esto demuestra que la única manera de avanzar es basarse en las masas, y no depender de maniobras y diplomacia por arriba. Si Tsipras intenta hacer esto, quedará atrapado como una mosca en una tela de araña. La popularidad de Syriza se evaporaría y la decepción de las masas prepararía el camino para un gobierno de la derecha.
Los líderes de Syriza se encontrarán aprisionados entre dos enormes piedras de molino. Por un lado, los banqueros y los capitalistas europeos exigen más recortes y austeridad como condición para liberar dinero a los bancos griegos. Por otro lado, las masas griegas están ahora estimuladas y decididas a resistir cualquier intento de hacerles pagar la crisis del capitalismo.
Los funcionarios del gobierno siguen insistiendo en que al rechazar las condiciones del rescate fortalecen su posición, y que podrían alcanzar rápidamente un acuerdo para la nueva financiación con las negociaciones reanudadas. Pero cualquiera de estas negociaciones sólo podría comenzar cuando el lado griego se comprometa a nuevos recortes y medidas de austeridad. Tsipras ha dicho: «Yo entiendo que los votantes no me han dado un mandato contra Europa, sino un mandato para un futuro sostenible». Advirtió que no habría «soluciones fáciles». ¿Qué significan estas palabras? El tiempo lo dirá …
Si Tsipras hace cualquier concesión a la Troika entrará en colisión con la clase obrera y las bases de Syriza. La burguesía griega está en una posición tan débil que no tiene ningún partido propio en quien confiar. Por tanto, la única esperanza es fomentar una división entre el ala derecha y el ala izquierda de Syriza: entre aquellos que apoyan una mayor austeridad y los que se mantienen firmes en su contra. La Troika, sin duda, estará maniobrando para dividir a Syriza, derribar al gobierno e instalar una coalición de títeres obedientes. Eso sería algo contra lo que los trabajadores y los jóvenes griegos deben luchar con todas sus fuerzas.
La Biblia dice: «No se puede servir a dos amos: No se puede servir a Dios y a Mammon, el dios de las riquezas.» Decimos al compañero Tsipras: No se puede servir a dos amos: a la Troika y al pueblo griego. Tarde o temprano tendrá que haber una ruptura. Si Tsipras y los dirigentes de Syriza quisieran, estarían en condiciones de poner en marcha un proceso que llevaría a la expropiación de los bancos y de la oligarquía. Ellos tendrían el apoyo de los trabajadores europeos que simpatizan con los trabajadores griegos con todo su corazón.
Es interesante observar cómo el referéndum movilizó una ola de solidaridad en toda Europa y más allá. Miles marcharon en varias manifestaciones en Barcelona, Madrid, Lisboa, Dublín, París y Bruselas (y números más pequeños en otros lugares), donde el referéndum fue visto con razón como un voto sobre la austeridad en toda Europa. Miles de personas asistieron a una protesta irlandesa en solidaridad con los griegos pidiendo un voto NO en el referéndum.
Especialmente llamativa fue la manifestación en la capital irlandesa. Los manifestantes marcharon en Dublín desde el Banco Central hasta el Dáil (Parlamento) en lo que ellos llaman «una batalla común contra la austeridad en ambos países».
La representante de la campaña La Gente Antes que el Beneficio, Joan Collins, dijo: «Si el gobierno de Syriza tuviera éxito en conseguir una rebaja de la deuda será un huevazo a la cara de los gobiernos de Europa. Ellos quieren estrangular el movimiento de Syriza, y quieren sustituirlo por tecnócratas, los mismos que llevaron al país al borde del desastre. Así que creo y espero que el pueblo de Grecia envíe un mensaje claro el domingo».
¡Esto es el internacionalismo en la acción! ¡Los trabajadores y la juventud de Europa se están movilizando de parte de Grecia! ¡Con cuánto más entusiasmo responderían si vieran que Syriza está tomando medidas para derrocar a la dictadura de los banqueros y capitalistas!
La cobertura de los medios de comunicación fuera de Grecia fue casi tan mala como la de los medios de comunicación de Grecia. El supuestamente progresista The Guardian escribió: «El voto NO fue apoyado por la izquierda y la derecha neo-fascista en Grecia, mientras que la corriente principal de centro-izquierda y centro-derecha hizo campaña por un voto SI.» El hecho de que Aurora Dorada apoyara el No es realmente una anécdota. Ellos realmente no tenían otra alternativa, ya que han ido perdiendo terreno en el último período y abogar por un SI los habría finiquitado por completo.
Vale la pena que recordemos que hasta hace poco todos los medios de comunicación -y también, para su vergüenza, la mayoría de los grupos de izquierda, estaban gritando sobre la «amenaza del fascismo en Grecia»- algo que, correctamente, ridiculizamos en su momento. Ahora vemos la situación real, que es precisamente la que hemos estado diciendo: el péndulo en Grecia se está moviendo a la izquierda, no a la derecha. Lo que está en el orden del día no es el fascismo, sino acontecimientos revolucionarios.
La correlación de fuerzas es ahora muy favorable para la clase obrera griega. ¡Pero se necesita una dirección audaz! Los partidarios de la Tendencia Comunista de Syriza informaron que en los mítines del NO el ambiente era revolucionario. La gente en la concentración sentía que estaba tomando parte en una revolución. Un informe del socialista británico Kevin Ovenden en Atenas, revela discusiones en un hospital: «Debemos rodear el Ayuntamiento de Atenas hasta que Giorgos Kaminis renuncie.» Kaminis es el político de centro-izquierda que respaldó la campaña del SI y se cree ampliamente que ha abusado de los recursos municipales para hacerlo.
Él trató de usar su poder para cancelar la concentración en Syntagma la noche del viernes. El camillero continúa: «Era parte de un golpe de Estado. Uno de los principales conspiradores. ¡Traición! Sabemos lo que le pasa a los traidores». También informó de un trabajador de la ERT, la emisora estatal que fue cerrada por el gobierno anterior y reabierta por Syriza, pero con un director del PASOK a su cargo: «No puedo esperar a estar en el trabajo mañana. ¡Veremos quién dirige el lugar ahora!»
Este tipo de estado de ánimo indicaría que, en el futuro, el destacable resultado del referéndum podría ser visto como el comienzo de la revolución griega, que a su vez sería el comienzo de una revolución europea.
Londres, 6 de julio de 2015