Después de un período de meses tras su formación inicial, Momentum – el movimiento pro-Corbyn dentro y en torno al Partido Laborista – ha dado el paso significativo de convertirse en una organización de miembros afiliados. Al tomar esta medida para fortalecer la organización Momentum, se reforzará la posición de la izquierda dentro del Laborismo. Esto, a su vez, servirá para consolidar la posición de Corbyn frente el ala derecha del Partido Laborista que está conspirando para derribar al nuevo líder laborista.
Está claro que, a pesar de permanecer aislado en el grupo parlamentario del Partido Laborista (PLP), Corbyn tiene un enorme apoyo entre amplias capas de la clase obrera y la juventud, tanto dentro como fuera del partido.
Aunque por ahora permanece escondida, la camarilla de Blair, que sabotean el liderazgo de Corbyn, aún no han sido derrotada. Para que esto ocurra, Corbyn debe pasar a la ofensiva, no sólo contra la quinta columna de Blair en el PLP, sino contra todo el sistema capitalista podrido que ellos representan.
Momentum se pone en marcha
Desde sus inicios el pasado otoño como una lista de correo electrónico y la página de Facebook, Momentum cuenta ahora con más de 120 grupos a nivel nacional, y se estima en 90.000-100.000 miembros. El domingo 5 de junio jóvenes y estudiantes partidarios de Momentum se reunirán en una conferencia fundacional en Manchester para discutir el papel que los estudiantes y los jóvenes pueden jugar en el movimiento que representa Corbyn. Está claro, pues, que Momentum está avanzando y tomando medidas positivas para construir una organización viable en defensa del líder de izquierda del laborismo y del programa contra la austeridad que él representa.
Inicialmente lanzado alrededor de tres principios, sus objetivos se han aclarado con la publicación de un programa de diez puntos. Estos incluyen: la re-nacionalización de los ferrocarriles, el sector de la energía y los servicios públicos; «un extenso programa de construcción de viviendas y control de los alquileres»; y poner fin a «la discriminación, las ventajas y los privilegios basados en la clase social».
La adopción de tales puntos programáticos políticos representa un avance positivo en el esclarecimiento de lo que significa Momentum. Ahora la tarea es que Momentum incorpore estos puntos en un programa auténticamente socialista, y luchar por estas demandas dentro del movimiento obrero.
A raíz de una decisión adoptada en su primera reunión del comité nacional de Momentum en febrero, la afiliación está abierta a cualquier persona que apoye «los objetivos y valores del Partido Laborista» y no puede pertenecer a Momentum «miembro de cualquier organización que se oponga al laborismo». Momentum describe sus propios objetivos, incluyendo:
«Fortalecimiento del Partido Laborista mediante el aumento de la participación y el compromiso a nivel local, regional y nacional. Por otra parte, Momentum se compromete a apoyar al Partido Laborista con el objetivo de ganar las elecciones y entrar en el gobierno. Se trata de utilizar su base en el movimiento laborista y obrero con el objetivo de alcanzar al 99% de las personas que actualmente no están en ningún partido político, difundir los valores del laborismo y aumentar la militancia del Partido Laborista».
La clase dominante está perdiendo el control
¿Por qué entonces tanta hostilidad por parte de la mayor parte de los parlamentarios laboristas hacia Momentum? Seguramente todos los parlamentarios deberían contribuir a estos objetivos, como el fortalecimiento del partido y ganar las elecciones. El problema para los parlamentarios como Tristram Hunt y Hilary Benn es que los «valores del laborismo» defendidos por Corbyn y Momentum – es decir, los valores de «poner a la gente y al planeta antes que los intereses y las ganancias corporativas» – no son los mismos valores que ellos defienden, los valores del arribismo y del capitalismo.
Durante años el ala derechista parlamentaria del partido Laborista ha visto el partido como nada más que un vehículo para su propias carreras. Habiendo abandonado cualquier pretensión de luchar por el socialismo, de manera consciente o no, muchos de ellos actúan como fieles representantes de la clase dominante. El ejemplo más notable de esto fue el voto de 66 parlamentarios laboristas apoyando el llamamiento de los tories (conservadores) para bombardear Siria. Cameron dijo bombardear, y ellos dijeron «sí – ¿desde qué altura?»
Con Corbyn como líder del laborismo, la clase dominante está aterrorizada porque temen perder el control del partido. La clase dominante siempre ha confiado en el Partido Laborista como su «Segundo equipo» que puede ser llamado para cumplir sus órdenes en momentos en que los conservadores estén desacreditados y debilitados. Con los conservadores ahora divididos sobre el tema de la Unión Europea, por no hablar del creciente enfado de la población debido a años de austeridad y escándalos, la perspectiva de una victoria del Partido Laborista parece cada vez más probable. Con un enorme agujero en las finanzas públicas, los capitalistas tendrán que mirar hacia el Partido laborista para llevar a cabo su programa de austeridad – con el objetivo de que la clase trabajadora pague por la crisis de los ricos.
Esta es la razón de por qué una capa significativa del Partido Laborista está desesperada por retener el control del partido. Ellos han trabajado durante décadas para convertir el laborismo en un instrumento seguro para las grandes empresas. No quieren ver todo este trabajo duro irse al garete.
Dos partidos en uno
En realidad, pues, hay dos partidos dentro del Partido Laborista: el de los parlamentarios y burócratas de derecha, que siguen una posición conservadora-derechista; y el de Corbyn y sus seguidores (incluyendo la mayor parte de los militantes), que están en contra de la austeridad y se inclinan hacia las ideas socialistas. En última instancia, estas tendencias son incompatibles; una debe ganar sobre la otra.
En realidad, incluso antes de la victoria de Corbyn, los parlamentarios estaban planeando cómo eliminarlo. Al darse cuenta de que el apoyo a Corbyn era demasiado fuerte para un golpe inmediato, tales planes se congelaron. El ala derecha está esperando el momento oportuno, con el fin de atacar en el momento más perjudicial. Ningún secreto se hace de esto; como una «fuente” del partido Laborista dijo al Business Insider: «El grupo parlamentario laborista tiene que darse cuenta de que si no hace «algo» se acabó para siempre». «Estamos jodidos si no ocurre un golpe» .
Por lo tanto, la formación de Momentum es una salvaguardia importante de Corbyn contra tal posibilidad. Jon Lansman, uno de los arquitectos de Momentum y figura clave en el equipo de campaña de dirección de Corbyn, declaró que en el caso de un desafío a Corbyn: «Contamos absolutamente con la maquinaria para realizar otra campaña por la dirección y estamos totalmente preparados para hacer eso . Y lo haremos si es necesario y estoy seguro de que vamos a ganar».
Con el paso dado de una red flexible a una organización de miembros, Momentum está, por tanto, fortaleciendo la posición de Corbyn dentro del partido. Aunque el ala derecha se organiza en grupos como «Primero Trabajo» y los partidarios de Blair en «Progreso», ninguno de estos grupos puede igualar el potencial del apoyo de Momentum como lo demuestra la victoria aplastante de Corbyn el año pasado. Debido a que Momentum continúa creciendo en tamaño, los Blairistas están preocupados y piensan que deben golpear más pronto que tarde.
Revocación obligatoria
Los partidarios de Momentum están, por tanto, movilizándose correctamente para combatir en las próximas elecciones de mayo, consciente de que cualquier pérdida del Partido Laborista será aprovechada por el ala derecha como excusa para derrocar a Corbyn. Pero hacer campaña por sí solo no es suficiente.
Momentum debe dejar claro que cualquier parlamentario que esté dispuesto a sabotear a Corbyn se enfrentará a un proceso de revocación y deber estar sujeto a la responsabilidad democrática de los miembros. Esta es una exigencia democrática básica.
Hasta ahora, sin embargo, la dirección de Momentum, descarta públicamente cualquier posibilidad de revocación, lo que está dando carta blanca para que los saboteadores blairistas se comporten como les plazca. Si Momentum se toma en serio la defensa Corbyn frente el ala derechista golpista, debe expresamente manifestarse a favor de la revocación obligatoria de los parlamentarios y por una campaña en la que los partidarios de Corbyn sustituyan a aquéllos que no representan las opiniones y los valores de los afiliados del Partido Laborista.
Esto es lo que los arribista temen más: que Momentum suponga una amenaza para sus privilegiados puestos de trabajo. La filtración de una lista completa de parlamentarios, cada uno clasificado en función de su apoyo, neutral u hostil hacia Corbyn, señaló la existencia de 85 dentro del «grupo central negativo» y de las categorías «hostiles». Las líneas de batalla entre los dos campos están claramente marcadas.
Políticas socialistas necesarias
Momentum ha jugado ya un papel eficaz en ayudar a organizar a los partidarios Corbyn contra los parlamentarios hostiles laboristas que estaban planeando votar para bombardear Siria. Más de 30.000 seguidores hicieron uso de una herramienta on line creada por Momentum para presionar a sus parlamentarios. Al final, 66 diputados votaron a favor de la guerra – un número mucho menor de lo esperado – como resultado de la masiva campaña de presión. Esta es una indicación del papel potencial que podría desempeñar Momentum, que seguramente será necesario en futuras batallas sobre los misiles Trident y otras más.
Con el fin de comenzar realmente como un movimiento de base, Momentum ahora debe centrarse en su organización democrática y, sobre todo, en torno a un programa político audaz. Aunque las reuniones de Momentum varían en todo el país, muchas han sido burocráticamente organizadas, con muy pocas oportunidades para la discusión política. Esto disuadirá a los mejores jóvenes y activistas, y puede conducir a la desmoralización y la indiferencia hacia Momentum.
En última instancia, si Corbyn está dispuesto a combatir contra aquellos que deseen eliminarlo, debe pasar a la ofensiva No simplemente en contra de la Blairistas o los conservadores, sino contra todo el sistema capitalista en crisis.
Momentum tiene el potencial de desempeñar un papel clave en esto, para ayudar a la clase obrera a restablecer la Cláusula IV y recuperar el Partido Laborista en la lucha por un programa socialista. El programa de diez puntos de Momentum es un paso en la dirección correcta, pero al final ninguno de los objetivos se puede realizar sin arrebatar el poder de las manos de los capitalistas y la abolición de la anarquía del mercado.
El sistema se rompe
El mismo Corbyn ha demostrado que el partido se fortalece cuando se han planteado cuestiones políticas en términos de clase. Sus ataques contra Cameron por los recientes escándalos relativos al asunto de Panamá son un ejemplo de esto. El líder Laborista declaró en el Parlamento que «es inaceptable que mientras que los presupuestos municipales se recortan y los servicios de los que dependen las personas se están reduciendo, la élite súper-rica esquiva sus impuestos e incumplen las leyes».
Corbyn debe llegar a la conclusión: que existe la riqueza en la sociedad para acabar con la austeridad y dotar de fondos a los servicios, y promover la educación y la vivienda, pero «la élite de súper ricos», es decir, los capitalistas, nunca renunciarán al control de estas riquezas sin luchar.
Lo que muestran los documentos de Panamá es que tales maquinaciones en los paraísos fiscales por parte de los ricos es parte integrante de un sistema que se preocupa sólo por el beneficio de esa minoría. Simples retoques en la política de impuestos no puede cambiar esto.
Hay que expropiar la riqueza de estos multimillonarios mediante la expropiación de los grandes monopolios convirtiéndolos en propiedad pública, bajo control obrero democrático. Tal es la ira y el resentimiento contra la clase dominante que si Corbyn luchase por un programa valiente de este tipo, su apoyo sería enorme. La fuerza detrás de este movimiento sería imparable.