Luego de esperar por 11 meses la cancelación de la beca que les habían ofrecido, «vencedores» de la Misión Ribas revelaron presuntos actos de corrupción que están afectando a varios cientos de personas, participantes y colaboradores de la iniciativ Luego de esperar por 11 meses la cancelación de la beca que les habían ofrecido, "vencedores" de la Misión Ribas revelaron presuntos actos de corrupción que están afectando a varios cientos de personas, participantes y colaboradores de la iniciativa del Gobierno nacional. Aseguran que llegarán hasta las últimas consecuencias porque "la revolución no se puede hacer con corrupción".

A sólo un día de haberse declarado en huelga los "lanceros" de la Misión Vuelvan Caras, quienes denunciaron también actos irregulares, pues el dinero que les corresponde estaría siendo retenido, otra de las misiones presidenciales vuelve a crear controversia, cuando son los vencedores de Ribas los que se ven afectados por la ausencia de pagos.

Al parecer, las promesas del Gobierno nacional para instruir y dar trabajo a miles de venezolanos, que han quedado relegados del sistema educativo y excluidos del campo laboral, comienzan a desarmarse por reiterativas denuncias de corrupción.

Ya no son exgerentes, ni empleados de reconocidas empresas del Estado los que alzan su voz contra el manejo irregular de recursos públicos. Ahora, los humildes participantes de las distintas misiones se quejan públicamente porque aseguran estar cansados de ver cómo se burlan del pueblo.

Becas asaltadas

Wilmer Silva participa en la misión Ribas desde noviembre del año 2003. Es una persona de muy escasos recursos, que solicitó una beca para poder ayudar a su familia mientras se dedicaba a recibir educación. Aunque luego de un estudio socioeconómico se le otorgó el beneficio, han pasado ya 11 meses y aún no recibe el primer pago.

"Mi depósito nunca llegó, y a la fecha de hoy aparezco en el sistema del banco como cobrando, pero nunca me han hecho ningún depósito. En el mes de abril, se le suspendió la beca a cerca de 400 personas que sí la estaban recibiendo. Ahora ellos tienen 6 meses sin poder cobrar, y están pasando por la misma situación que me encuentro yo".

No sólo le preocupa que durante casi un año haya estado esperando por el cumplimiento de una falsa promesa, sino que le parece absurdo que en el banco aparezca registrado aunque no sepan informarle a dónde fue a parar el dinero que se supone debería estar presupuestado para él y sus compañeros "vencedores".

"Queremos llegar a saber cuál es el destino de ese dinero, quién lo está cobrando, porque siempre que nosotros nos dirigimos a Pdvsa, nos callan la boca alegando que son decisiones que toman en Caracas, algo en lo que ellos no tienen ningún tipo de participación", explicó Silva.

Por su parte, Antonia Santil, quien no tuvo necesidad de solicitar la beca, aclaró que no están atacando la razón de ser de las misiones, sino los hechos irregulares que están amparando. "Para quien no ha tenido oportunidad de estudiar, es una buena oportunidad, pero estas situaciones tan ilógicas no pueden seguir pasando porque unos pocos terminan enriqueciéndose y burlándose del pueblo".

Revolución vs corrupción

Si bien aseguran seguir creyendo en la propuesta del presidente Hugo Chávez, la difícil y bochornosa situación por la que han tenido que pasar les ha hecho reflexionar, pues quienes han tenido acceso a ese dinero deben ser personas que están en el gobierno, funcionarios que se hacen llamar revolucionarios sólo para acceder a fondos que nunca llegaron a los más necesitados.

"Nosotros entendemos que la misión es para llegar a aprender y nos alegra que nos hayan dado esa oportunidad, pero si solicitamos la beca es porque no podemos estar sólo estudiando y dejar de llevar el pan a nuestras casas, por eso son importantes las ayudas económicas", indicó Silva.

A pesar de la disposición con la que hace casi un año aceptaron el llamado del Presidente, ahora se sienten decepcionados y aseguran que no se les está tomando en cuenta, porque intentan ejercer la contraloría social y sólo tratan de callarles con falsas excusas.

Además, Silva comentó que su intención es "no permitir que las personas que participan en "el proceso" caigan en actos de corrupción y por eso no nos quedaremos tranquilos mientras otras personas se estén aprovechando de lo que nosotros nos hemos ganado con nuestro esfuerzo y trabajo".

Cuando se les preguntó si consideraban posible que en esas condiciones se desarrollara alguna revolución, dudaron un poco y hasta se mostraron nerviosos para responder. Sin embargo, luego de respirar profundo, confesaron que la revolución jamás se podrá construir sobre actos de corrupción como el que les afecta.

"Si no nos atienden, tomaremos acciones más drásticas para que de verdad se nos respete como bases del movimiento revolucionario".

Conscientes de la gravedad de sus denuncias y las posibles acciones que pudieran tomar en su contra, recalcaron que no están "contra la revolución". "No estamos diciendo mentiras, sino verdades sobre una corrupción que no sería bueno que se siga ocultando. Así como el Presidente habla claro y "raspao", así nosotros también debemos hablar, porque es el ejemplo que él nos da".

Dudosas misiones

La creación de misiones desde el año 2003, para intentar atacar problemas sociales relacionados con deficiencias en la educación, salud y empleo, han sido la mayor bandera del actual Gobierno nacional, como muestra fehacientes de los esfuerzos que hacen por satisfacer las necesidades de sectores de la población históricamente excluidos.

Superado el entusiasmo electoral del referéndum revocatorio del 15 de agosto, parece que el descontento se apodera de quienes están cansados de vivir en base a promesas.

Este jueves fueron integrantes de Vuelvan Caras quienes alzaron su voz de protesta, ahora, una representación de la Misión Ribas exige acciones contundentes contra quienes se están aprovechando de su labor.

"¿Se llama revolución no? Nosotros sí somos revolucionarios y no vamos a seguir permitiendo que hagan lo que les dé la gana y se burlen de nosotros".