El brutal atentado del jueves en Madrid, que ha supuesto la muerte de casi 200 personas y más de 1.500 heridos ha significado una auténtica conmoción social. Ha sido un crimen masivo y salvaje contra trabajadores jóvenes inocentes. Ha sumido en un dolor indescriptible a miles de familiares, amigos y allegados. Las impresionantes manifestaciones de ayer han dejado en evidencia el rechazo multitudinario al terrorismo y un profundo sentimiento de solidaridad con las víctimas.
Sin embargo, el gobierno de la derecha del Partido Popular no ha tenido ningún escrúpulo en manipular y confundir sobre un hecho tan grave. Mintieron y manipularon con ocasión de la huelga general, mintieron y manipularon con ocasión del hundimiento del Prestige, mintieron y manipularon con ocasión de la guerra e invasión de Iraq. Ahora no han tenido ningún escrúpulo, en medio del dolor y de la muerte, en seguir engañando a la opinión pública. Desde que se produjo el atentado han sostenido que la principal sospechosa era ETA, cuando todos los indicios y, ahora se sabe, incluso los propios servicios secretos de seguridad, ya apuntaban hacia organizaciones integristas islámicas. Pero la postura del gobierno era otra y está muy claro porqué: la derecha no ha querido reconocer que este atentado es consecuencia directa del terror que Bush, con el apoyo entusiasta de Aznar —con el rechazo de la inmensa mayoría de la población —, sembró y está sembrando en Iraq como consecuencia de la guerra y de la ocupación. El producto de esta guerra cruel fue el asesinato de más de 10.000 personas, hombres mujeres y niños inocentes de todas las ciudades y pueblos de todo el territorio iraquí, las mismas víctimas y la misma gente que murió en Madrid el día 11 de marzo: trabajadores y jóvenes, los sectores más oprimidos de la sociedad.
Como consecuencia de la guerra y del terror imperialista el mundo hoy es menos seguro y hay más personas que caen en el terrorismo, en el fanatismo y en la manipulación integrista. Pero eso lo sabían perfectamente los imperialistas y la derecha, el PP. De hecho durante años el PP ha utilizado el terrorismo para tapar todas las críticas que se han hecho a su actuación. Todos los que se han movilizado contra la política antiobrera del gobierno de la derecha de una u otra manera han sido acusados de connivencia con el terrorismo.
Los acontecimientos de las últimas horas han sobrepasado todos los límites. Está claro que han perdido todo sentido de la medida y de la proporción. Sólo les importa su poder y los intereses de la clase que representan. Para mantenerse en el gobierno no han tenido ningún escrúpulo en comprar a diputados, en controlar a su antojo todos los medios de comunicación públicos, en reprimir manifestaciones, en mentir todo lo que haga falta. Pero ahora se han superado a si mismos. Hace dos días se sufrió el atentado más brutal y salvaje del Estado español y de Europa. Todavía hoy, y durante mucho tiempo, millones de personas no saldrán de su asombro por lo ocurrido el jueves. Sin embargo, estos elementos arrogantes del gobierno del PP, no han tenido ningún inconveniente en negar lo que para incluso los servicios de seguridad era lo más probable desde el mismo instante en que estallaron las bombas.
En la comparecencia de Acebes, ministro de Interior, a las 20:15 horas de hoy sábado, sin ninguna referencia a la tesis de que era ETA la responsable del atentado, tesis que venía defendiendo machaconamente el gobierno —alentando con ellos actitudes reaccionarias como han llevando al asesinato por parte de un Policía a un panadero simpatizante de la izquierda abertzale — ha anunciado la detención de 3 marroquíes y dos hindúes, supuestamente relaciones con los atentados del jueves.
Han reconocido de mala manera lo que mucha gente sospechaba desde el primer momento. Es evidente que el gobierno querrá desviar la atención y la indignación que siente la población por quien haya hecho la barbaridad de asesinar a casi doscientas personas hacia una comunidad marroquí y árabe. Las palabras de Acebes, en la que no se hacía ninguna apelación a evitar la xenofobia, en un contexto de extrema tensión e indignación masiva, no puede dejar lugar a dudas sobre su intención: desviar la atención de sus propias responsabilidades en lo ocurrido y generar un odio hacia la comunidad árabe, siguiendo el mismo modelo de Bush después del 11-S.
En Madrid y en todas las ciudades, las manifestaciones de ayer reflejaron innumerables escenas de confraternización entre trabajadores de distintas nacionalidades. Fue tan significativo que las diferentes crónicas e imágenes no pudieron dejar de reflejarlo. Todo lo contrario de lo que hace el gobierno del PP que en esos 8 años de gobierno no ha hecho más que introducir elementos de enfrentamiento entre las diferentes nacionalidades, abanderando la posición del más reaccionario nacionalismo español.
¡Qué miserables son los del Partido Popular! Quieren ganar las elecciones como sea. Qué cínicos y qué hipócritas. El comportamiento del PP es el retrato de los ricos a quienes representa y de la tradición de la derecha de este país, la misma que defendió y justificó la dictadura sangrienta de franco durante 40 años. Qué más les da a esos señores engominados y arrogantes, que en sus conversaciones privadas desprecian a los obreros, que sólo pisan moquetas, que jamás usan el transporte público, que han propiciado con su política social y económica la cifra record de muertos por accidentes laborales de toda la historia, que más les da utilizar el sufrimiento de los trabajadores si de esa manera defienden sus intereses y sus beneficios. Parece mentira, pero lo han hecho. Y ahora, que por la fuerza de los hechos tienen que cambiar de postura, en vez de reconocer su error, siguen esparciendo confusión y veneno con el único fin de amarrar su voto.
No podemos dar al PP ninguna credencial de demócratas. ¿Por qué seguir dando al PP el crédito de demócratas cuando ellos mismo se están encargando de dejar en evidencia lo que siempre han sido, los herederos del franquismo?
Es un insulto aceptar que Rajoy se permita el lujo de denunciar, en nombre de la democracia, a aquellos que hemos salido a la calle a pedirles cuentas tras dos días de engaño. ¿Es democracia que sólo el PP haga campaña electoral? ¿Es democracia que sólo un partido tenga todos los medios de comunicación en su poder? ¿Es democracia que sólo haya una versión de los dramáticos acontecimientos del jueves, que además ha afectado a la clase trabajadora, al Madrid de izquierdas, a la misma clase social que el PP ataca cotidianamente?
La izquierda debe defender una política de independencia de clase
Los dirigentes de la izquierda política y sindical deben defender una política de independencia de clase, lo que significa abandonar las posturas de pacto social frente a las políticas anti obreras del PP y romper con el llamado “consenso antiterrorista” que sólo ha servido para avalar la política represiva del Partido Popular en el terreno de la cuestión nacional y de los derechos democráticos.
Las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda deberían impulsar la movilización contra la política anti obrera del PP, por la vuelta inmediata de las tropas en Iraq y en contra de la manipulación vergonzosa que la derecha ha hecho de la matanza terrorista del 11 marzo. Estos días han demostrado que la base está mucho más a la izquierda que los dirigentes de los partidos y organizaciones sindicales de la izquierda. Deberían sacar las conclusiones de eso y acabar con su política constante de pactos y consenso con la derecha.
Desde El Militante hacemos un llamamiento a los trabajadores y a la juventud a organizarse y luchar por un auténtico programa socialista, única garantía para acabar con las tropelías y horror que significa el sistema capitalista. Hoy más que nunca, ¡socialismo o barbarie!
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