Como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de la población y la proliferación desleal de redes privadas y populares de farmacias, unos 1.800 de estos establecimientos independientes han cerrado sus puertas en el último año y medio, y alred NOTA: Una muestra más de la "libre competencia" y el "libre mercado" que ofrece el capitalismo en esta era de concentración de los capitales en grandes monopolios… (CL)
Como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de la población y la proliferación desleal de redes privadas y populares de farmacias, unos 1.800 de estos establecimientos independientes han cerrado sus puertas en el último año y medio, y alrededor de 30% de las 3 mil en funcionamiento, está en peligro de cierre inmediato en todo el país.
Así lo señaló Edgar Salas Jiménez, presidente de la Federación Venezolana de Farmacias, quien agregó que a la fecha unas 120 mil personas han quedado desempleadas. Salas Jiménez indicó que la venta de medicamentos en estos establecimientos ha disminuido cerca de 15%.
Las redes privadas y populares de farmacias compiten de forma desleal, los laboratorios les conceden mayores descuentos y posibilidades de compra, por lo que pueden ofrecer mejores precios a los clientes.
Sostuvo que la producción de medicamentos en el país se ha visto mermada por la falta de dólares para la importación de materia prima, lo que ha provocado cerca de 35% de desabastecimiento de los productos en las farmacias afiliadas.
La entrada ilegal de medicamentos de Cuba y la India es otra de las dificultades que enfrenta el sector, dijo. No cumplen con los requisitos exigidos por el Ministerio de Salud y sin embargo, se venden más económicos en las llamadas boticas populares y en los puestos de Mercal, donde hay ejercicio ilegal de la profesión.
“Esto daña a la industria farmacéutica y se desconoce la elaboración de los productos, lo que pone en riesgo la salud de los venezolanos”, observó.
La Federación Venezolana de Farmacia ha planteado su problemática ante el propio Ministerio de Salud, la Fiscalía y Defensoría del Pueblo, aseguró Salas Jiménez, sin embargo el gobierno se resiste a conversar con ellos.
Esta situación en su globalidad coloca el riesgo que las farmacias independientes desaparezcan del mercado venezolano, dejando entre otros, a miles de personas sin trabajo.