La tentativa continuada por parte de Washington y de la oposición reaccionaria venezolana para remover al presidente Maduro llegará a una fase decisiva el día de hoy. La oposición ha convocado a protestas masivas y Mike Pence emitió declaraciones públicas dando luz verde para un “cambio de régimen”. Como hemos explicado anteriormente, en Venezuela hay un intento en marcha para remover al presidente Maduro por medio de un golpe militar instigado por Trump, Bolsonaro, Macri y Almagro.
El 10 de enero, la Asamblea Nacional controlada por la oposición se rehusó a reconocer a Maduro como presidente, llamándole “usurpador”, y declaró ser el único poder legítimo en el país. La oposición está proponiendo indirectamente que el presidente de la AN, Juan Guaidó, se convierta en el presidente interino del país. Guaidó ha llamado a las fuerzas armadas a reconocerle como tal, y romper con el presidente Maduro, democráticamente elegido.
Los EEUU han hablado de forma abierta sobre una “transición a la democracia”, y la Asamblea Nacional (que se encuentra en desacato desde 2016) ha promulgado una “ley”, la cual establece que cualquier oficial de las fuerzas armadas que rompa con el “dictador” se le otorgará amnistía completa. El Tribunal Supremo de Justicia ahora ha declarado estas decisiones de la AN nulas y sin efecto.
Un alzamiento frustrado
El lunes 21 de enero, temprano en la mañana, hubo una sublevación de varios oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes luego fueron desarmados y arrestados. Ellos atacaron un par de puestos de la GNB con el objetivo de obtener armas. Esto podría ser sólo un incidente aislado o el reflejo de un sentimiento de descontento más generalizado dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FANB). Cabe señalar que los sublevados eran mayormente oficiales de bajo rango y de la GNB, no del cuerpo principal de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (el ejército). El gobierno ha reportado que los guardias involucrados estaban intentando entregar sus armas a miembros del partido de oposición Voluntad Popular.
Si esto significa que la oposición reaccionaria está empezando a conectar con las protestas de comunidades de clase trabajadora en torno a los cortes en el suministro de agua, hiperinflación y bajos salarios, ello podría ser un peligroso punto de inflexión. Queda pendiente por ver si ése es el caso. La verdad es que, desde la última ronda de protestas violentas de la oposición, cuando intentaron derrocar al gobierno en 2017, la situación sólo ha empeorado, en términos de las condiciones de vida de los trabajadores y pobres. Esto también ha impactado a los militares de bajo rango, que enfrentan las mismas condiciones. Por si fuera poco, desde 2017 el gobierno ha hecho repetidas promesas de resolver la situación económica, las cuales ha roto en su totalidad. Esto ha minado la confianza en la capacidad del gobierno entre las filas del chavismo.
Movilizaciones masivas de la oposición para hoy
La oposición ha llamado a movilizaciones masivas hoy, 23 de enero, en el aniversario del derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958. Ellos están concentrando todas sus fuerzas en este llamado. El propósito es claro: Tener una demostración de fuerza, que llevará a las FANB a un punto de quiebre y les obligará a intervenir para remover a Maduro. ¿Es eso todo? Quizás no. El día de ayer un grupo de personas fueron arrestadas en Zulia por posesión de armas y uniformes militares. La idea de que la oposición o secciones de ella desean provocar un incidente armado, que justificaría o provocaría un golpe, es bastante factible. Eso es, después de todo, lo que sirvió como preludio para el golpe en abril de 2002, cuando francotiradores dispararon a manifestantes de oposición y pro gobierno por igual. La oposición culpó al gobierno por “abrir fuego contra los manifestantes desarmados”, lo que constituyó la señal para el golpe militar.
Una declaración del día de ayer por parte del senador Marco Rubio (el líder de la sección más beligerante del establishment norteamericano contra Cuba y Venezuela) parece dar credibilidad a este escenario. El habló sobre los planes de la policía política venezolana (SEBIN) de disparar a manifestantes de oposición:
Mientras el pueblo de Venezuela hace oír su voz mañana, en nombre del pueblo americano, les decimos: estamos con ustedes (en español). Estamos con ustedes. Estamos de pie con ustedes, y estaremos con ustedes hasta que la Democracia sea restaurada y ustedes recuperen su derecho inalienable de Libertad.
Él está dejando claro que el único propósito de estas protestas es la remoción del presidente electo y que los EEUU respaldarán a aquellos que lleven a cabo el plan (de hecho, los EEUU son parte integrante de la conspiración). Esto es un escandaloso estado de cosas. Washington está dando instrucciones de manera abierta para la remoción de un gobierno en otro país soberano.
Estas no son sólo palabras. Los EEUU están considerando seriamente intensificar las sanciones económicas que están estrangulando a la economía venezolana. Incluso podría implementar un embargo total de petróleo, que paralizaría al gobierno.
Amenazas de muerte e injerencia imperialista
La líder de la facción más extrema de la oposición venezolana, María Corina Machado, dijo ayer que “si Maduro quiere preservar su vida, debe reconocer que su tiempo se ha agotado”:
La líder de la oposición venezolana @MariaCorinaYA dice que si Maduro “quiere preservar SU vida, él debería reconocer que su tiempo de ha agotado” – esto suena como una amenaza de muerte para mí.
Esto es una amenaza de muerte directa, que revela el verdadero carácter de la oposición “democrática” que cuente con el respaldo total de los EEUU y la Unión Europea (UE).
La situación por lo tanto es bastante seria. Es evidente que Washington y la oposición reaccionaria ahora ven una ventana de oportunidad y están preparados para ir a la ofensiva hasta que logren su objetivo principal: la remoción de Maduro de una forma u otra. Por otro lado, la UE ha hecho un llamado a la negociación entre el gobierno y la oposición para resolver la crisis. No nos dejemos engañar. Ambos, Washington y Bruselas quieren la misma cosa: Remover al presidente del país por medios inconstitucionales. Ellos podrían tener ligeras diferencias en cuanto a los métodos, pero están de acuerdo en los aspectos fundamentales.
La situación económica se ha deteriorado desde el último intento de golpe en 2017, acompañada con el peso de una serie de promesas incumplidas por parte del gobierno, de solucionar la situación económica. Adicionalmente, el gobierno ha usado la represión contra trabajadores en lucha por sus derechos y condiciones de vida. Más recientemente, las protestas de los trabajadores de Agropatria en Cagua enfrentaron la represión de la Guardia Nacional Bolivariana y sus líderes fueron arrestados. El gobierno tampoco ha hecho nada para defender a los campesinos que luchan por la reforma agraria, a pesar de prometer lo contrario.
Algunos han dicho incluso que no importa quien gane, en tanto las condiciones de los trabajadores y campesinos son ya muy malas. Ellos se engañan a sí mismos. Si Washington se sale con la suya, sería un desastre aún mayor para los trabajadores en Venezuela, dejando incluso de lado el impacto político en la región y más allá.
Nuestra posición sigue siendo la misma: No apoyamos al gobierno de Maduro, cuyas políticas están socavando las conquistas de la Revolución Bolivariana y son inútiles para enfrentar la crisis económica. Al mismo tiempo, nos oponemos por todos los medios a nuestro alcance, al golpe reaccionario de Trump-Bolsonaro-Almagro.
Los marxistas, activistas del movimiento obrero y demócratas consistentes tienen la tarea de rechazar este intento de golpe en marcha y defender el derecho del pueblo venezolano a decidir su propio futuro, libre de la injerencia imperialista. Manos fuera de Venezuela!!